sábado, 6 de mayo de 2017

Prensa en España: "Robert Pattinson, de vampiro monógamo a Estrella de culto"


Artículo realizada para promocionar 'Z: La Ciudad Perdida' por un medio de comunicación (Web) llamado: "El Español"




por Paco Tomás
 
Robert Pattinson es un ejemplo curioso a la hora de tratar la representación de la adolescencia y la juventud en la ficción y el comportamiento de esos actores con respecto a su profesión, a la fama y a su carrera. Pattinson comenzó a trabajar como modelo muy joven, a los doce años, pero el éxito de Crepúsculo le llegó con los veinte bien cumplidos. Respecto a la ficción, a diferencia de los personajes creados por Anne Rice o los protagonistas de True Blood, los vampiros de Stephenie Meyer son sexualmente conservadores. Alimentan el morbo pero bajo ningún concepto sucumben a él. Eso es de seres irracionales, débiles, puramente instintivos. ¿Se acuerdan de Sarah Palin, la senadora ultraconservadora y actual respaldo mediático de Donald Trump? Pues le gustaba Crepúsculo. Continuo.


Pattinson, como su compañera de reparto y ex relación, protagonizaron, desde su juventud, una historia de vampiros que animaba a reprimir los instintos sexuales porque lo contrario podía acabar en desenfreno y violación. Los vampiros que se salvaban de la demonización eran aquellos que, como Edward Cullen, buscan o mantienen una relación monógama, heterosexual y sacramentada, sin dejar de arrastrar la culpa por haber sido sexualmente activos alguna vez, que el remordimiento siempre fue un buen mecanismo de control. Ese es el personaje de Pattinson: un vampiro que busca sexo conyugal.


Es como si Pattinson hubiese rodado, entre los veintidós y los veintiséis años, una saga de películas con los mismos valores que la serie de televisión que rodó Miley Cyrus entre los catorce y los veinte, con el handicap de que Pattinson no tenía la edad necesaria para impactar a su audiencia mostrándose como una repentina fantasía sexual. De ahí que él no pudiese pasar del candor al condón porque a los veintiocho años ya rozaría el ridículo. Lo que hace es romper con la saga de Crepúsculo, con sus oleadas de fans –eran mayoritariamente adolescentes femeninas las seguidoras de las películas- a través de la calma, apostando por directores de culto, sin buscar el escándalo, la foto ni el titular.
 
Un ejemplo es su último estreno, Z, la ciudad perdida, una película sobre Percy Fawcett, el explorador británico que, en 1925, desapareció buscando El Dorado en la selva amazónica. La película está dirigida por James Gray, director con cierto culto en Estados Unidos tras películas como Little Odessa. Pero es que Robert Pattinson ya ha trabajado con Anton Corbjin (Control, Life), Werner Herzog (Fitzcarraldo, Aguirre la cólera de Dios, La reina del desierto), David Cronenberg (Videodrome, Inseparables, Cosmopolis, Maps to the stars) y David Michod (Animal Kingdom, El cazador). Es cierto que aún no tiene un título en su filmografía que supere, en fama y repercusión mediática, a Crepúsculo pero tengo la intuición de que estamos ante una trayectoria de paso calmo y horizontes claros. Será cuestión de esperar.

FUENTE        

Agradecemos a Helen por el tip

2 comentarios:

  1. Rob, Rob un gran actor y adorable persona. Alejandrina

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  2. Edward Cullen es un personaje hermoso y no me gustan los comentarios que hace esta persona sobre crepúsculo ni que menosprecie el trabajo de Rob como Edward porque lo hizo estupendo, no era solo un vampiro buscando sexo conyugal, que le pasa a este señor.

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