FanFIC no.144 'Despedidas. Kristen'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

NOTA: ESTE FIC IRINA SE PUBLICA LUNES Y JUEVES

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

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FanFIC no.144

"DESPEDIDAS. KRISTEN"
Imágenes: Elena

En la vida todo tiene un principio y un final y el rodaje de La Saga también. Echando la vista atrás me pareció que el tiempo había pasado demasiado de prisa. Pero podía decir que estaba satisfecha con el trabajo realizado. Lo habíamos logrado, todos juntos. Habíamos convertido en imágenes el universo que Stephenie había iniciado una vez, allá por junio de 2003, cuando soñó con Edward y Bella en un prado.

Habían sido casi 4 años para recrear esa historia de amor inmortal, ese que solo existe en los libros y en el cine y la sensación de pérdida era inevitable, al menos para mí. Era como si algo se nos fuese sin remedio, como la adolescencia y la inocencia que se quedan en nuestra memoria pero que nunca vuelven por más que nos empeñemos en evocarla.

Rob estaba impaciente por terminar. No quería ser Edward nunca más, lo tenía bien claro. Además de su trabajo también había puesto todo su empeño y su corazón en aquel mundo de mitos y leyendas. Pero él necesitaba dejarlo atrás mucho más que yo necesitaba dejar a Bella y eso… me daba una especie de temor, me dolía. Como si se alejase de mí en cierto modo, como si quisiese volar solo. 

Hasta entonces habíamos sido un equipo, él y yo trabajando juntos, codo con codo. Iba a echar muchísimo de menos esa complicidad que teníamos en el set, en el que nos entendíamos con solo una mirada o un gesto, sin necesidad de palabras. Ambos lo íbamos a echar de menos, eso lo sabíamos. 

Pronto comenzarían a desmontarse los decorados. En pocos días no quedaría nada y parecería que nunca hubiese existido la casa de los Cullen o de los Swan. Primero nos despedimos de Stephenie en su hotel de Squamish. Luego llegó el turno de hacerlo de casi todo el cast menos Taylor, Rob y yo, que seríamos los últimos en marcharnos de Canadá. Algunos se quedaron cosas del rodaje como recuerdo, otros sacaron fotografías para la posteridad y Billy Burke se afeitó el bigote.

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Quedaba tan solo una escena por rodar. Cuando tras su boda Edward le lleva a Bella hasta Jacob para que se despidan. Justo después Rob debía viajar a N.Y. para el inminente estreno de Agua para Elefantes.

Esa noche, el 13 de abril, antes de nuestra última escena y de que Rob partiese a N. Y., acabábamos de meternos a la cama. 

Estábamos algo callados, pensativos. Rob se estiró, tumbado sobre la cama y cerró los ojos. Estaba cansado. Llevaba sin parar los tres últimos meses. 

Aun no podía creer que estuviese a punto de terminar todo y creo que en el fondo me resistía a creerlo. También Rob lo hizo, resistiéndose de la única forma que sabía, haciendo que no pasaba nada. 

- Mañana es el final – dije tumbada junto a él.

- Sí. ¡Por fin! – suspiró estirándose.

- ¡Oh, joder no digas eso! – rezongué – Me da pena.

- Ya lo sé – rió.

- Es como… como terminar el instituto. Una etapa de la vida que se va, algo así.

- Sí, es eso exactamente. Estoy deseando dejarlo atrás pero dentro de unos años seguro que recordaré con cariño todo el rodaje y lo echaré de menos un montón pero ahora solo quiero deshacerme de las malditas lentillas de vampiro y dejar de afeitarme tres veces al día.

- ¿Quieres dejarte barba otra vez?

- En cuanto pueda.

- Me gusta tu barba pero… - dije acariciándole la poca que le empezaba a asomar en la barbilla y el mentón.

- Pero qué, preciosa – susurró.

- Cuando no tienes barba eres más él, más Edward – suspiré -. Le echaré de menos.

- ¿Ah sí? – preguntó extrañado.

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- Sí, mucho – asentí mirando a Rob a los ojos.

El me atrajo hacia su cuerpo y besó mi frente con ternura.

- Bueno, alguna vez me afeitaré – rió.

- Sí por favor. ¿Dejarás que Edward vuelva de vez en cuando?

- Sí, si tú quieres haré que regrese. Pero… - suspiró -. Llegará un momento en que ya no podré, amor. No podré hacer que vuelva. Seré demasiado viejo, aunque me afeite.

- No me importa. Tú hazlo – susurré muy cerca de sus labios.

Nos besamos con ternura durante un rato. Necesitaba eso, su cariño, sus besos. No podía dejar de pensar en lo duro que sería separarme de Rob ahora que ya no habría más rodajes juntos, que tendríamos proyectos que nos alejarían una y otra vez y me entraron ganas de llorar, ganas que intenté aguantarme a toda costa. Rob debió de notar como cerraba los ojos con fuerza y me tomó de la barbilla para que le mirara.

- Estás algo sensible, ¿verdad? – susurró volviendo a besar mi frente.

- Mucho. Aunque en el set intento disimularlo.

- Lo sé, eres dura de pelar – rió Rob.

- Es que me encanta hacer de Bella, mucho más que a ti de Edward – sonreí aparentando alegría.

- ¡A mí me gusta Edward! – aseguró Rob.

- ¿Ah, sí?

- Sí, es como… como un viejo amigo. Como si le conociese de toda la vida al muy estirado.

- Sí, como Bella para mí.

- No. Creo que a estas alturas Bella es más tuya que de Stephenie.

- Lo sé, por eso me apena dejarla atrás – asentí.

- Sí, a mí me pasa igual. Crepúsculo será siempre una parte de mi vida. Aunque los mejores recuerdos que tengo son del rodaje de la primera película. 

- La primera fue… Sí, fue especial - dije recordando aquella increíble emoción que sentía por aquel entonces, al llegar al set cada mañana y encontrarme con Rob.

- Hecha con el corazón – dijo Rob atinando con las palabras exactas.

Volvimos a besarnos lentamente.

- Pues no te hagas más el duro, ¿vale? Me da rabia – dije apartando mi boca de la suya.

- No, si tu tampoco lo haces.

- ¡Es que no quiero llorar mañana!

- ¡Serás boba! – rió tomando mi rostro entre sus manos para besarme con pasión.

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La última escena fue de madrugada, del 14 al 15 de abril. Era la escena de Jacob y Bella despidiéndose. Rob casi no salía en esa escena pero se quedó esperándome. También estaba Wyck Godfrey junto a Bill y Guillermo Navarro.

Me quisieron hacer bailar con Taylor pero yo dije que ´´ni de coña´´. Al final Taylor y Bill me convencieron e hicimos una coreografía muy sencilla. Creo que salió muy bien, incluso lloré y no porque estuviese en el guión. Todos lo hicimos, sobre todo Taylor que se pasó un mal rato.

Bill gritó ´´corten´´ y de repente todo había terminado. Nos dio unos minutos para reponernos a Taylor y a mí.

- ¿Ya está? – preguntó Rob desilusionado.

- Sí, Rob – dijo Bill.

- Siempre me imaginé el final de otra manera - dijo Wyck.

- Pues ya veis – dijo Taylor aun con los ojos brillantes por culpa de las lágrimas.

Yo no dije nada porque me estaba sonando la nariz. Allí estábamos los tres, juntos por última vez y de pronto deseé regresar al principio, que todo volviese a comenzar o al menos poder trabajar con ellos dos de nuevo, en algún otro lugar, en alguna otra película. Les miré a ambos y sonreí satisfecha.

- Lo hemos hecho, chicos – dije pasando mi brazo por los hombros de Rob y Taylor.

- Sí, lo logramos – dijo Taylor satisfecho.

- ¿Pensasteis llegar hasta aquí alguna vez? – preguntó Rob.

- No, la verdad – respondió Taylor.

- ¡Por supuesto! – exclamé yo.

Rob no respondió, solo callaba, sonriendo con una especie de ternura triste en la mirada.

- Bien chicos, bien hecho – dijo Bill aplaudiendo junto con Wyck y varios miembros más del equipo.

- Venga, no os pongáis tristes – dijo Wyck.

Una profunda emoción se apoderó de nosotros y todos nos quedamos en silencio. De pronto, Bill se puso a recitar y reconocí los melancólicos versos de William Wordsworth, de su ´´Oda a la inmortalidad´´, que yo había descubierto siendo casi una cría, viendo la maravillosa película ´´Esplendor en la hierba´´, de Elia Kazan.

“Aunque el resplandor que

en otro tiempo fue tan brillante

hoy esté por siempre oculto a mis miradas.

Aunque mis ojos ya no

puedan ver ese puro destello

Que en mi juventud me deslumbraba

Aunque nada pueda hacer

volver la hora del esplendor en la hierba,

de la gloria en las flores,

no debemos afligirnos

porqué la belleza subsiste siempre en el recuerdo.

Todos nos quedamos muy callados y justo al terminar el equipo técnico, junto con nosotros, aplaudimos emocionados. Después, uno a uno nos dimos la mano, un abrazo, algún ´´hasta siempre´´ y poco a poco la gente se fue retirando de la escena recién terminada. Wyck Godfrey se quedó a nuestro lado junto con Bill.

Yo sentí que aquellos versos me llenaban de pesar llegando hasta lo más profundo de mi alma y que por alguna extraña razón eran una especie de premonición. Miré a Rob que callaba y él me sonrió disipando mi inoportuno presentimiento. 

- Chicos, Wyck tiene algo que contaros – dijo Bill terminando con aquella sensación de añoranza.

- Dilo tú Bill – dijo Wyck.

- Está bien – asintió dándole una palmada en el hombro.

- Solo es para Rob y Kristen, lo siento Taylor – añadió Wyck.

Taylor asintió con una sonrisa.

- Creo que sé de qué se trata – dijo.

Rob y yo le miramos extrañados.

- Tengo una sorpresa para vosotros dos, pareja – dijo Bill.

- ¿Buena o mal? – preguntó Rob.

Yo miraba a todos extrañada. Rob aguardaba con los brazos en jarras, serio. Taylor nos miraba pensativo.

- Espero que buena. No sé – rió Wyck.

Nuestras miradas se volvieron hacia Bill, que nos sonreía enigmático.

- Esto no acaba aquí hoy – dijo Bill.

- ¿Ah, no? – preguntamos Rob y yo a la vez.

- ¡No! ¡Nos vamos a las Islas Virgenes! – exclamó.

...CONTINUARA...