FanFIC no.104 'Isla Esme. Kristen'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

LUNES:  FanFic Robsten de Irina
                     Fic la Fundación de VTeam ***NUEVO***
MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim
MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina 
JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim
                   Fic la Fundación de VTeam  ***NUEVO***
VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina

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FanFIC no.104

"ISLA ESME.KRISTEN"
Imágenes: Elena

Ya en la bañera llena de agua tibia y leche, me senté frente a Rob para que me pusiese las gasas. Vertió un poco de leche fría en una gasa y me la aplicó con sumo cuidado sobre uno de mis hombros. 

Gotas blancas surcaban mi piel bajando por mis brazos y mi escote.

- ¿Sabes que más se dice de Cleopatra? – me susurró al oído.

- ¿Qué? – dije acercándome más a Rob.

- Qué era una anfitriona muy buena. Daba fiestas a los romanos y hacia… muchas cosas por sus invitados – dijo misterioso, poniéndome la otra gasa con una de sus sonrisas torcidas marca Pattinson.

- ¿Qué cosas? – pregunté con ingenuidad.

- Felaciones, a todos sus invitados en la misma noche – me susurro al oído con una sonrisa sexy, rozando mi mejilla con su barbilla, que ya lucía los primeros signos de barba. 

Abrí mucho los ojos y me tapé la boca con ambas manos, sorprendida y me eché a reír. 

- ¿Te escandaliza? – rió Rob presionando las gasas sobre mis hombros.

- Un poco, la verdad – murmuré algo avergonzada de mi propia candidez.

Le miré y me mordí el labio sonriendo con picardía. Rob levantó una ceja.

- ¿Qué? – susurró.

- Podemos jugar a… que soy… Cleopatra – susurré muy cerca de su boca, con la voz algo ronca, intentando parecer sexy.

- ¡Mmmm, me encanta Brasil! – sonrió Rob al ver cómo me arrodillaba frente a él.

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Entreabrí los labios, mientras Rob dirigía la sonrosada punta de su miembro hacia ellos, asomando de entre el agua tibia mezclada con leche. Me agaché y le miré desde abajo, con una gran sonrisa, dedicada expresamente para él y acaricié con mi lengua su miembro para introducirlo lentamente en mi boca. Nada más hacerlo escuché un suspiro de puro placer de labios de Rob y eso me hizo sentirme lasciva y me dio la suficiente lujuria para continuar.

Comencé a lamer, succionar y presionar con los labios y la lengua primero suavemente y luego apretando cada vez más deprisa. Rob jadeaba poderosamente, asintiendo, palpitando vigoroso y me sujetó la cabeza con cuidado para embestir dentro de mi boca con suavidad. 

Permanecía quieto un instante y se retiraba para regresar con otra embestida, estableciendo un ritmo intenso y lento que yo pronto correspondí recibiéndole con una inmensa necesidad, succionando cada vez con más fuerza, saboreándole y lamiendo más y más rápido.

Rob continuó embistiendo en mi boca, febril y tembloroso hasta que noté como saltaba dentro. Empujó una vez más y se derramó rugiendo de placer haciéndome sentir la mujer más sensual y poderosa de la tierra.

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El remedio surtió efecto y amanecí con los hombros perfectos. Ni rastro de los estragos del sol de Brasil. Nada más despertar recordé la bañera, mis jueguecitos emulando a Cleopatra y el estupendo sexo que me dio Rob después y sonreí. El aun dormía, sereno, casi sonriente, ajeno a todo, ajeno a mí. 

Me quedé quieta observándole. Estaba de espaldas, las piernas extendidas, con la cabeza girada hacia mí. Sus ojos se movían debajo de sus párpados grandes y violáceos. Rob estaba soñando. ¿Soñaría conmigo? Estaba segura de que sí. 

Estaba realmente guapo así desnudo sobre la cama, estirado, con la boca entreabierta, despeinado, con la barba crecida, tan… sensual. Su cuerpo subía y bajaba lentamente al compás de su respiración. Parecía tranquilo, feliz y despreocupado. 

Algunas veces veo una sombra de inquietud en su mirada, algo que pasa rápidamente por su mente inquietándole. Entonces busco sus ojos y sé que inmediatamente después me mirará con su sonrisa dulce y sincera y todo estará bien de nuevo. Esa es la clase de comprensión que tenemos, sin palabras pero también sin silencios incómodos.

Continuaba con esos pensamientos, apreciando cada curva de su ancha espalda musculosa, deleitándome sin moverme, cuando Rob entreabrió lentamente los ojos y sonrió. Extendió una mano y me acarició la mejilla con ternura.

- Buenos días Cleopatra – murmuró en voz muy baja besando mi hombro.

- Hola – susurré sonriendo.

- ¿Qué hora es, amor?

- Las 9. Tenemos que levantarnos. A las 10 debemos estar de camino a la isla.

- Pues vamos a desayunar que me muero de hambre, preciosa – dijo desperezándose.

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Salimos hacia Mamanguá con el cielo medio nublado, en un yate, acompañados de Dean, JB y unos cuantos del equipo y enseguida nos dimos cuenta de que nos seguían varias lanchas.

Siempre es igual, alguien lo cuenta sin mala intención, se va de la lengua porque ha visto a un ´´famoso´´, lo tweetea, es su derecho, su minuto de gloria y ya está. Gracias a Internet ya los tienes allí mismo, pisándote los talones. 

Porque ellos rastrean esos avistamientos por la red, es su trabajo, un trabajo despreciable sí, pero mientras nadie se lo impida lo seguirán haciendo igual los muy miserables.

- Huele a paparazzi – dijo Rob torciendo el gesto.

- Uf, sí. Me temo que los vamos a tener pegados al culo todo el día.

Y así fue, las filmaciones en la casa junto a la playa comenzaron con retraso, alrededor de la una porque el equipo tuvo que colocar paneles que dificultaran la visión del rodaje de las diferentes escenas para frenar el acoso de los paparazzis que se habían apostado cercanos a la playa en varias barcas.

El tiempo estaba empeorando por momentos y tuvimos que comenzar la escena de Edward y Bella jugando una partida de ajedrez resguardados bajo el tejado de la terraza porque lloviznaba débilmente. Había que parar cada dos por tres porque el viento arreciaba y tiraba el decorado. Entre toma y toma Rob comenzó a aburrirse y bostezar.

- ¡Venga, Rob. Que te duermes! – le zarandeé con una sonrisa.

- No me gusta jugar al ajedrez.

- Luego vine lo bueno y ahí seguro que te espabilas.

- ¿El qué? – preguntó estirándose.

- Los besos.

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Los cielos estaban ya completamente nublados y tras esa pequeña escena que tardó en ser rodada unos 20 minutos, bajamos a la playa y aun con el tiempo cada vez peor Bill optó por rodar rápidamente más escenas como la del sueño de Bella.

Otra vez se colocó el tablero de ajedrez y tocó beso apasionado. Rob y yo nos besamos unas cuantas veces. Bill nos lo pidió y como de costumbre, Rob se dejó llevar por el momento y ya metido en situación me besó con verdadera pasión, metiendo su lengua entre mis labios. 

Al momento escuché un 'corten' de Bill y me eché a reír empujándole y dándole una patada que intentó esquivar pero que alcanzó sus pelotas.

- ¡Ya te vale! – reí.

- Rob, esa lengua está prohibida – dijo Bill para diversión de los presentes.

Los dos comenzamos a reírnos y no pudimos parar en un buen rato, así que Bill hizo un descanso de unos minutos. Cuando tienes que rodar y te entra la risa tonta es mejor dejarlo y descansar.

- ¿Quieres dejarme eunuco, preciosa? – me dijo Rob.

- No te he dado fuerte, ¿no? – respondí preocupada.

- No, no tranquila. Además se supone que mis pelotas son de piedra. Soy un vampiro.

- Eso sí que no lo entiendo.

- ¿El qué? – preguntó Rob.

- Lo de que… bueno, que Edward… la tenga de piedra – dije sin poder aguantarme la risa.

- Habrá que preguntarle a Stephenie. Yo también tengo mis dudas.

- ¿Acerca de qué? – pregunté yo.

- De cómo diablos se lo hace a Bella sin… ¡Joder, iba a decir una barbaridad! – exclamó tapándose la boca con la mano.

- Sin que – dije con una risita -. Venga habla.

- Sin ensartarla.

- ¡Oh, Rob que bruto eres! – grité ante semejante burrada sin poder parar de reír.

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Regresamos al rodaje y entre los paparazzis que ya habían sacado sus teleobjetivos y el viento que era ya casi un vendaval, tuvimos que dejarlo dando por bueno todo lo rodado.

El viento arreciaba cada vez más, estaba oscuro y la lluvia ya no era tan fina. Se decidió trasladar el rodaje al interior de la casa para aprovechar el tiempo. 

La casa estaba alquilada solo hasta el sábado y lo más probable es que le costase un dineral a la productora. 

El equipo comenzó a colocar todo para las grabaciones en interiores. Estaban todos haciendo su trabajo y nosotros ya maquillados peinados y vestidos, aguardando cuando oímos gritar a Bill un contundente '¡Debe ser una puta broma!'.

Rob y yo nos miramos extrañados. Bill es el director más amable y educado que te puedas encontrar en un rodaje y ese grito nos hizo girarnos a todos hacia donde vociferaba él.

Estaba hablando por teléfono y hasta Stephenie Meyer, que estaba en el set y que nunca se metía en nada, acudió a nuestro lado preocupada.

- ¿Qué le ocurre a Bill? – preguntó Stephenie extrañada.

- No lo sabemos pero parece algo serio – respondí.

- Maldice, así que algo pasa – dijo Rob.

Al poco Bill nos reunió a todos en el salón.

- Dejad todo lo que estéis haciendo por favor y acercaros – dijo Bill en voz alta -. Al parecer esta noche cruzará una tormenta tropical por estas costas. Se esperan vientos muy fuertes y lluvias torrenciales.

Todos prorrumpimos en exclamaciones y comentarios pero Bill hizo una seña para que estuviésemos en silencio.

- A ver, por favor. Y… y tendremos que pasar la noche aquí, no nos da tiempo de regresar al pueblo por mar y el helicóptero en estas circunstancias es demasiado peligroso. Así que tendremos que hacer lo posible para pasar la noche aquí, lo más cómodos que podamos. 

- ¿Aquí? – gritó alguien.

- Sí, si lo sé. Somos casi 80 personas y será complicado. Además deberemos tener cuidado con los muebles de la casa y lo que no es de attrezzo pero será solo una noche. Mañana habrá pasado lo peor. Os pido a todos un poco de paciencia. Es algo que… no estaba calculado y que por supuesto no entraba en mis planes.

Luego Bill se acercó a Stephenie y a nosotros.

- Bueno chicos. No estaba previsto esto pero…

- Esto es el cine – asintió Stephenie.

- Sí, aunque más bien parece una luna de miel en Inglaterra – añadió Rob.

Y todos nos echamos a reír.

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Alguien tuvo la sensata idea de ir corriendo por viandas para preparar unos bocadillos para la cena y antes de que terminásemos de prepararlos, a eso de las 5 de la tarde, el cielo se tornó negro completamente. Un trueno lejano retumbó. La tormenta estaba llegando a Paraty.

El asistente de Bill se puso a dar consejos para que la casa amaneciese en perfecto estado. Se aconsejó no fumar o hacerlo en el exterior y se recogieron todos los muebles y adornos del salón. Al terminar alguien sacó una botella de vodka, repartimos los bocadillos y el agua embotellada que quedaba en uno de los jeeps y la gente se sentó donde pudo.

Se cerraron ventanas y puertas y las casi 80 personas que estábamos allí, entre equipo de rodaje, producción y seguridad, nos dispusimos a pasar la noche en el suelo.

...CONTINUARA...