jueves, 24 de enero de 2013

FIC IRINA '50 Sueños de Verano' Relato 18 'En el probador I'


Los FICs de este Blog quedan organizados de la siguiente manera: 
LUNES:  FanFic Robsten de Irina
MARTES Fic 'El fin del Mundo' de Xim
MIERCOLES:  FanFic Robsten de Irina  * * * * NUEVO * * * * 
JUEVESFic 'El fin del Mundo' de Xim
VIERNESFic '50 Sueños de Verano' de Irina
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Aviso sobre los FICS, sobre todo dirigido a las chicas más jóvenes que nos leen ya que aparecerá contenido sexual explícito, con palabras y situaciones (Lemons). Personas impresionables fácilmente y de mente no abierta dejamos a vuestra conciencia la decisión de leerlo o no.

Para leer FICS anteriores de IRINA '50 Sueños de Verano' dar Clic  ---> AQUI

FIC-IRINA  50 Sueños de Verano'
Cap. XVIII "En el Probador I"
por IRINA (Irene Mendoza)



Estoy con Christian que es la viva imagen de Rob pero con un brillo salvaje y metálico en sus impresionantes ojos grises claros, tan claros que parecen de cristal. Vamos en un coche de alta gama, sentados detrás, en asientos de cuero, muy juntos. El me mira y acaricia mi mejilla con sus nudillos mientras repasa con las yemas de sus dedos los de la mía. Solo ese roce hace que un leve y gozoso temblor de puro deseo se aloje en lo más profundo de mis entrañas. 


Vuelve a su BlackBerry y se enfrasca en su habitual tarea de repasar su agenda semanal. Es lunes, primera hora de la mañana y en su habitual rol hiperprotector se ha empeñado en llevarme al trabajo en su coche, a pesar de mis quejas. Yo sigo pensando en el pasado fin de semana y en nuestra incursión en “el cuarto del dolor”, o debería decir del placer. Me sonrojo con solo rememorar los momentos que hemos pasado allí encerrados y me remuevo en el asiento impaciente por volver a sentirle dentro. Christian/Rob se da cuenta y levanta la cabeza de su BlackBerry para mirarme. 

- Me distraes – dice sonriente. 

- Lo siento – digo algo cohibida. 

- No importa, vida mía – dice con voz suave y aterciopelada -. Me encanta que me distraigas. 

Me mira con ternura y justo un instante después sus ojos cambian mostrándome toda su lujuria y la capacidad que posee para hacer que se me acelere el pulso. 

Se deleita acariciando mi barbilla, pasando sus dedos por mi cuello, posando la palma de su mano en mi escote, suspira, casi gruñe, sonríe, baja de nuevo la cabeza para sumergirse en su tarea pero para mi sorpresa no aparta su mano de mi, al contrario, me acaricia posesivo agarrándome un pecho por sorpresa y me hace dar un salto en el asiento, haciéndome respirar con fuerza. <<Parece que voy a llegar tarde al trabajo>>, me digo expectante y sonrío, casi jadeo pero compruebo decepcionada como retira la presión que su mano ejerce en mi seno y la aparta para continuar sonriendo sin levantar la vista de su dichosa maquinita. 

<<¿Por qué no puede ser siempre así la vida, como lo ha sido este fin de semana? odio que se enfrasque tanto en su trabajo>>, me digo sintiéndome algo abandonada. Resoplo contrariada, como una niña pequeña que no ha logrado acaparar toda la atención a su alrededor y vuelvo al fin de semana sumergiéndome en mis lúbricos pensamientos. 

* * * 

Me veo a mi misma en ese cuarto que ya es de los dos, donde disfrutamos al máximo, sin restricciones, tomando y dándolo todo a la vez, el uno del otro. Christian/Rob me ha regalado un nuevo antifaz de seda para mi colección. Es de color rosa palo, acolchado, muy suave y decorado con hermosas plumas de avestruz teñidas del mismo color y encaje de chantilly de color crema.
El me lo pone. Estoy completamente desnuda, con las manos esposadas sobre mi cabeza, tumbada sobre la enorme cama con baldaquín, sobre tersas sábanas de seda granates aguardando lo siguiente, anhelante, ansiosa y algo asustada. Nunca sé lo que piensa hacerme y eso me excita más que nada. 

El cuarto siempre huele a cuero y a madera con un toque de cítricos pero hay un perfume que ensombrece a los demás, es su olor, el olor de él, lúbrico y embriagador. Aspiro su aroma, una mezcla de gel de baño, loción para el afeitado, ropa recién lavada y el que desprende su propia piel. 

Noto como se mueve entre las sábanas. Escucho atenta y sé que se ha puesto de rodillas frente a mí. Imagino su cuerpo grande, fuerte y delgado, su miembro en erección, sus músculos en tensión. Sus manos me acarician la parte interna de los muslos a la vez que los separa para dejar mi sexo expuesto, a su alcance y mi respiración ya es un puro jadeo. Me arqueo buscándole, con la boca abierta, ansiosa, ávida de él. 

- Shhhhhh, no tengas prisa, vida mía – susurra con voz ronca, surcando mis muslos, posando su mano sobre mi húmedo sexo.

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Lo aprieta con la palma abierta y suspira soltando el aire lentamente. Sus dedos se deslizan por entre mis pliegues buscando mi clítoris. Lo alcanza y comienza a apretarlo, rozándolo una y otra vez. Mi respiración entrecortada se convierte en un gemido largo y suave. El deseo es insoportable. 

- Mmmmmmm, eso es pero no te muevas. Quieta… – sisea entre dientes. 

Me retuerzo de ganas. La fricción es casi una tortura. El ritmo constante que imprime con sus dedos es implacable. Aprieta y tira, aprieta, retuerce suavemente y vuelve a tirar de nuevo. Palpa mi entrada con uno de sus dedos y lo introduce. Lo mete una y otra vez, sin parar, con una lenta pero persistente cadencia, suspirando. Me excita escuchar su deseo de mí. Tiemblo por dentro. Es desesperantemente dulce, agotador. 

- ¡Oh por favor! – suplico impaciente. 

- ¿Qué, nena? – sé que está sonriendo sin dejar de admirar mi placer. 

- ¡Lo quiero, lo… quiero… ya! 

Continúa insistiendo en mi clítoris sin dejar de penetrarme y el temblor se intensifica y alarga, me inunda por dentro. Acelera su castigo y por fin mis entrañas explotan de puro placer. Gimo, jadeo y mi respiración se descontrola dejándome fatigada. Oigo la suya, jadeante, honda. 

- ¡Oh… nena… Me encanta ver cómo te corres, vida mía! - susurra con su maravillosa y sensual voz. 

Me acaricia las caderas, los pechos, surca mi vientre y mis muslos. Emite un gemido grave y sensual, toma mi rostro entre sus manos, se posa sobre mí y me besa con pasión. Puedo notar su dura erección palpitante sobre mi aun agitado vientre. Mordisquea mi labio superior antes de introducir su lengua ávida en mi boca. Yo la recibo saboreándola con lujuria. Sé lo que viene después, creo que está a punto de penetrarme.

Pero de pronto se incorpora dejándome ávida y ansiosa de su calor y noto como desliza una finas tiras, tiras de… creo que es cuero, sí, sobre mi palpitante intimidad. Lo hace una o dos veces, lentamente y de pronto las tiras golpean mi clítoris y mis labios suavemente. Es como un breve latigazo que escuece levemente y hace que mi delicada carne arda. Gimo con fuerza, no solo del susto sino de verdadero placer. Oigo como coge aire para soltarlo con un intenso jadeo ronco. 


Me observa, me mira con deleite, lo sé. Vuelve a repasar mi sexo con esa especie de látigo y golpea de nuevo, gruñendo a la vez, haciendo que se inicie un breve temblor en mi interior, preludio de un potente orgasmo. Grito de placer. Golpea, otra vez y otra y otra, hasta que mis entrañas convulsionan de nuevo sin que pueda hacer nada para evitarlo. 

No puedo parar de gemir. El respira afanoso, extasiado ante la potente respuesta de mi cuerpo. Apoya su mano sobre mi tembloroso vientre y me arqueo volviendo a vibrar por dentro como respuesta involuntaria. Está vez mi estremecimiento ha sido más intenso y ha tenido que notarlo bajo su tacto. 

- Me… excitas… tanto… - susurra. 

Me retuerzo de placer, impaciente. Estoy sofocada, sudorosa. Mi cuerpo arde. Me muero de ganas. 

- Te quiero dentro… dentro de mí – suplico con la voz entrecortada. 

Me suelta las esposas rápidamente y aprovecho para acariciar su pecho, enredando mis dedos en su vello suave y rizado.

Me toma con fuerza por las caderas. Se posa sobre mi y esta vez sí, se introduce en mi gimiendo muy fuerte y yo le acojo rodeando su cuerpo con mis piernas para darle todo, todo de mí una vez más. 

- ¡Sí, oh… nena, sí! – jadea con voz ronca y entrecortada. 

Se mueve salvaje, dentro y fuera de mi carne húmeda, resbalando fácilmente. Me quita el antifaz de un tirón y me mira directamente a los ojos que se tiene que adaptar de nuevo a la luz tenue que reina en nuestro cuarto del placer.

Su expresión es de total entrega y disfrute. Le miro fascinada: su boca entreabierta, su rostro alterado por el intenso placer, su respiración afanosa, su cuerpo esforzándose y brillante de sudor. 

- ¡ Córrete conmigo, mi vida!. 

Emito un agudo gruñido como respuesta. Me sujeta con fuerza por las nalgas para controlar mis movimientos y me embiste con fuerza, una y otra vez y yo le sigo con mis ansiosas caderas. Perdemos el control, juntos, con un ritmo implacable, extenuante. El placer me atrapa sin remedio. No lo aguanto. 

- ¡No… puedo… más…! - balbuceo a punto de un nuevo orgasmo, agotada. 

- Espera… mi amor – sale de mí. 

- ¡Ah, no, no salgas ahora! – me quejo ronca, sin voz.


- ¡Ahora, nena! - gruñe en alta voz y empuja con fuerza, hundiéndose una vez más. 





Cierro los ojos y le acojo, le poseo otra vez convulsionando con él. 


* * * 

Un frenazo inesperado me saca de mi sensual ensimismamiento. Oigo maldecir a Christian y yo cruzo las piernas y suspiro. Solo ese roce de mi propia piel hace que se tense mi interior. Me aprieto un poco contra el asiento. Aun me noto sensible toda la zona íntima. Siento que él ha estado en mi apenas unas horas atrás, llenándome y noto mis entrañas vacías. 

- ¿En qué estás pensando? – dice en voz baja con su voz aterciopelada y sexy. 

- En… en nada en concreto – digo intentando que mi voz no suene… jadeante. 

- Mientes – susurra en mi oído -. Aun estás dolorida de tanto sexo, nena. Y aun así quieres más, ¿a que sí? 

Sonríe con arrogancia y le miro casi escandalizada de lo que me dice pero no puedo evitar asentir y morderme al labio. 

- Te acabas de morder ese maravilloso labio inferior – dice rozándolo con la yema de sus dedos -. Eso debe ser un sí. 

- ¿Está jugando conmigo señor Grey? - susurro intentando que no note demasiado la excitación en mi voz. 

Mete su dedo pulgar en mi boca y yo lo chupo con fuerza, lamiendo la punta, como hago con su miembro. Frunce el ceño y emite un sonido ronco y leve y sé que he recuperado el control, que soy yo la que tiene el poder, la capacidad de enloquecer a este hombre tan hermoso y sexy. 

- ¿Quieres que juguemos, preciosa? – sonríe con lujuria, haciéndome dudar de mi efímero poder. 

- Pero tú tienes trabajo y yo también – respondo sonriendo -. No podemos perder el tiempo… jugando. 

- Claro que puedo. Soy el dueño de mi empresa y también de la tuya – dice tomando mi mano y posándola sobre su miembro que salta endureciéndose rápidamente con mi tacto -. Soy el jefe, mi vida. 

Sigue presionando mi mano contra su bragueta y mientras dejo escapar una risita traviesa le indica al chofer una nueva dirección. Me mira y sonríe atrapando mis labios con su boca, metiendo su lengua y enroscándola con fuerza a la mía. Nos damos un largo beso sonoro y húmedo mientras jugueteamos con nuestras manos. Las mías acarician su abultada entrepierna y las de Christian surcan mi trasero metiéndose entre mis muslos, apretando mi carne, haciéndome temblar de deseo. 

* * * 

Paramos en una calle repleta de lujosas tiendas. Christian, que parece haber recuperado completamente el control, sale del coche y me abre la puerta para tenderme la mano y así, agarrados, nos disponemos a cruzar la calle. 

- ¿A dónde vamos? – pregunto mirando a mi alrededor, intentando adivinar a donde me lleva Christian. 

- A un sitio – dice sin más. 


11 comentarios:

  1. Irina, Elena, UUUFFFF, buen trabajo, ya me he despertado del todo, no sólo se me a quitado el sueño, se me ha despertado la lujuria y la impaciencia. Ahora sólo tengo que esperar 6 horas a que llegue mi Christian particular y sorprenderle a la hora de la comida, jejeje. Bromas a parte, me ha encantado, conseguís que lo viva como si fuera yo la protagonista.Imaginar a Rob como Chrisitian es algo que me pone a mil y de bastante buen humor.
    Buen fin de semana a todas
    Besos
    Berta

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  2. Hola Irina, me ha encantado recordar a este Christian/Rob , tiene tantas semejanzas con varios fragmentos de 50 sombras que he disfrutado como una enana reviviendo cada palabra, suspire con cada suspiro de ella y desee cada caricia como ella. Así que para no morirme de combustión espontanea, prepararé una sesión para cuando llegue mi propio Christian y disfrutar con toda la lujuria posible releyendo juntos el fic jajajaja, menuda sorpresa le voy a dar. Besos. Ya encontré el talante para un viernes lleno de aburrimiento. jajaja. Me mataron los gif y las fotos, Elena siempre sabes como motivarnos...

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  3. WOOOOOOOOOOOOWWW!!!, ME MATARON LAS FOTOS Y LAS PRIMERAS FRASES, SI LEO EL FIC AHORA, VOY A ESTAR NERVIOSA Y DESCONCENTRADA TODA LA MAÑANA, ASÍ QUE CHICAS, MEJOR LEO Y COMENTO EN LA TARDE, CON MAS CALMA.
    XIM.

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  4. Irina,fue como recordar cuando lei 50 sombras pero con tu toque particular para escribir y trasmitir tantas sensaciones, creo que lo leere de nuevo en la noche .
    Feliz fin de semana para todas!!!

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  5. ¡¡¡YA!!!, AHORA PUEDO COMENTAR CON TRANQUILIDAD.

    PERFECTO, SIMPLEMENTE PERFECTO.
    ME GUSTA MUCHO ESTE FIC, Y LOS RELATOS CON ROB-CRHISTIAN SON MUY ENTRETENIDOS.

    XIM.

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  6. Ohh Irina que imaginación, esto esta que arde, Rob como Christian es un sueño delicioso. Y Elena con esas imágenes la historia se disfruta y se siente mucho más.
    Zara

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  7. Irina, nuevamente me dejas al borde de la silla....jajajajaja, me remolineo en mi silla como la protagonista, te comente el otro día que me traías loca con los fics, seguramente quieres dejarme para el siquiatrico.....jajajaja, ya no queda mucho para salir de la oficina, así que preparar mi escenario....juuupppiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!

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  8. hola estupendo irina no habia tenido la oportunidad de leer los fic pero estan de lo mejor saludos desde mexico

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  9. Hola irina!!! Como siempre de maravilla lo que escribís y elena excelente. ....samira....

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  10. Siempre perfecto, y siempre nos haces soñar. Elena para no variar, impresionante. Fina Madrid España.

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  11. Acabo de darme una sobre dosis de tus escritos, ya que no pude leer el del viernes 18.
    Todavía no he leído la Trilogía de 50 Sombras no por falta de interés es que me insisten tanto para que la lea que terminan logrando el efecto contrario y eso que me gusta leer -además, ¿quién necesita a E. L. James teniendo a Irina?-, por esto y por algunas características que mencionas de Christian/Rob yo veo a Eric Packer (... y me encanta)
    Siempre es un placer leerte.
    Glad.

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