FanFIC no. 62 "MUNICH, LA, NY, LA. ROB'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

LUNES:  FanFic Robsten de Irina

MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim
MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina     * * * * NUEVO * * * * 

JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim

VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina

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FanFIC no. 62

"MUNICH, LA, NY, LA. ROB"

por IRINA (Irene Mendoza)

El 14 de noviembre a las 10 de la mañana ya estábamos en Munich y esa tarde, ante más de 15.000 fans ya nos dio igual. Hubo burbuja y sin proponérnoslo. Miraditas, cuchicheos al oído, sonrisas cómplices… Yo por lo menos no me lo propongo, ni me doy cuenta de que se me cae la baba mirándola o que la distraigo con mis chorradas en medio de una rueda de prensa. Si Kristen me mira se me va la cabeza. 

 

En L. A. Kristen no se encontraba bien. Tuvo que hacer la premiere con migraña y no estaba muy a gusto. Creo que cada vez se agobia más con las multitudes, se encuentra incómoda pero si estoy cerca se tranquiliza. Estuve pendiente de ella durante toda la alfombra roja porque no la veía sonreír y eso siempre me preocupa. Así que en cuanto tuve oportunidad la aparté de la vista de todos para ver que tal estaba. 

- ¿Cómo estás, preciosa? 

- Uf, no se me pasa el dolor de cabeza, es por... ya sabes. Justo tenía que ser hoy. Se me ha adelantado. 

- Debe ser por tanto viaje y cambio de horario – dije tomando su mano. 

- Tengo ganas de que acabe todo esto – resopló. 

- Aguanta cariño, ya queda poco. 

- No me voy a quedar al “after”, Rob, estoy desecha. 

- Vale, de acuerdo – dije besando su frente. 

- Pero quédate tú si quieres. 

- ¿No te importa? Nick quiere presentarme a unos tipos. 

- No, sabes que no. Anda, quédate – dijo acariciando mi pecho. 

- ¿Nos vemos en el hotel entonces? 

- Sí, no veo el momento de meterme en la cama – bostezó. 

La besé en los labios con ternura y sonrió antes de irse con Ruth. 

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Al entrar al dormitorio no di la luz para no despertar a Kristen. Me quité la ropa y me metí en la cama con ella. Me moví con cuidado pero me sintió y se removió haciendo una especie de ruidito ininteligible pero muy sexy y pegándose contra mi cuerpo. Siempre hace eso cuando me acuesto después que ella, aprieta su trasero contra mi y hacemos “la cucharita”. Es nuestra postura favorita para dormir juntos. 

- Te he despertado – susurré sobre su pelo - ¿Estás mejor? 

- Ahora sí – ronroneó. 

- Anda, vuelve a dormirte – dije abrazándola más fuerte. 

Se acomodó entre mis brazos, suspiró y sentí como se iba relajando. Justo antes de quedarse dormida dijo: <<te quiero>> y la estreche con ternura entre mis brazos, sintiéndome el hombre más afortunado de la Tierra. 

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Los siguientes días nos tocó hacer televisiones por separado tanto en L. A. como en N. Y. donde tuvimos el estreno el 19 de noviembre. Estábamos cansados de tanta promoción pero había que cumplir con los contratos. Ante todo somos profesionales. 

- ¡Joder, me están matando los tacones! – se quejó Kristen apoyándose en mi. 

- Quítatelos – dije sonriendo. 

- Pero no encuentro a Ruth, no sé dónde anda y ella es la que lleva mis deportivas en su bolso. 

- Eres lo que no hay amor – dije riendo. 

- Este vestido también me tiene harta. No estoy nada cómoda con él. ¡Apenas puedo levantar los brazos sin que se me resbale el tirante, joder! – dijo recolocándose el escote - ¡Ah, ya la veo! Ahora vengo. 

Regresó sin Ruth y con sus zapatos de tacón de aguja en la mano. 

- No le caben en el bolso. Es por los dichosos tacones, son inmensos. ¡Mierda, tendré que llevármelos así! 

Me reí y la bese en la mejilla castamente pero no pude evitar acariciar su lindo trasero con disimulo. 

- Rob, aquí no, por favor. Sabes que me encanta, cariño pero… - suspiró. 

- Lo sé pero no he podido aguantarme, preciosa – le susurré al oído -. Llevo toda la noche queriendo hacerlo. 

Sentí como se estremecía al contacto de mis labios con el lóbulo de su oreja. Gimió muy bajito y decidí que ya era hora de irnos. 

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- Creo que estamos huyendo y no me he cambiado de vestido aun – rió sentándose junto a mí en el taxi amarillo 

- No estamos huyendo, solo nos escapamos. 

- ¿A dónde me llevas? – dijo enredando sus dedos en mi pelo. 

- A un club que me han dicho que está muy bien – dije besando su suave y cálido cuello a sabiendas que eso la pone a cien. 

Cerró los ojos un instante y solté el nudo del cinturón de su gabardina negra para después meter mi mano entre sus piernas, acariciando sus muslos, haciéndola suspirar levemente. 

- Para… para Rob – jadeó mordiéndose el labio. 

- En el Avenue hay reservados – susurré con la voz más sexy que pude poner. 

- Lo estás haciendo a posta… Eres… - gruñó de gusto mientras mis dedos toqueteaban su sexo por encima de sus bragas. 

- Estás húmeda, amor. 

- Tú tienes la culpa. 

Sonreí con mi mejor sonrisa, la “patentable” y sus labios se posaron ansiosos sobre los míos para quedarse allí por el resto del trayecto. 

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Entramos por la puerta VIP y el personal de seguridad del club enseguida nos acompañó hasta los reservados. En el nuestro nos sirvieron champan francés para después dejarnos solos, sentados sobre sofás de terciopelo morado. Recuerdo que pronto acabamos la primera botella, que sonaba “Crimson and Clover”, de Joan Jett y que Kristen se quitó las deportivas y se puso a bailar y a cantar contoneándose frente a mí. 

La verdad es que el champan no le sienta bien, se le sube mucho a la cabeza pero en esa ocasión mereció la pena. Ella cantaba en mi oído, en mis labios y luego se escapaba de mis manos, que intentaban atraparla y tumbarla en el sofá para desnudarla. 

- Ah when she comes walking over 

Now I've been waitin' to show her 

Crimson and clover over and over 

- Estoy deseando ver “The Runaways” – murmuré admirando su cuerpo moviéndose al compás de la música. 

- Yeah, my, my such a sweet thing 

I wanna do everything 

What a beautiful feeling 

- Tu eres mi cosa más dulce, cariño – le susurré -. Y quiero hacer todo contigo. 

- Yo también – sonrió con los ojos brillantes por culpa del champán. 

- Eres preciosa, nena – dije tomándola por la cintura, sentándola sobre mi regazo. 

Me deshizo la corbata lentamente y me soltó los botones de la camisa mientras me besaba en la cara, los ojos, el cuello. Yo me perdía entre su pelo, en su piel blanca y suave, tan cálida y sensible a la mínima caricia, a mi tacto. 

Se puso a horcajadas sobre mí levantándose el vestido, descalza. Deslice mis manos por debajo del vestido retirándolo hacia arriba, dejando sus piernas al aire. Ella me echó los brazos al cuello y el tirante se le deslizó por el hombro. Terminé de bajárselo dejando sus pequeños y perfectos senos al descubierto. Enterré mi cabeza entre ellos y suspiré sobre su piel calentándosela. Kristen gimió con fuerza, dispuesta, preparada. 

- Te quiero – susurró jadeante, ronca. 

Y me volví loco, completamente loco de deseo. 

* * * 

Solté mi bragueta deprisa y me baje los pantalones lo suficiente para liberar mi miembro. Acaricie la parte interna de sus muslos, deslizando la mano hacia atrás elevando un poco su pierna, sujetándola por detrás de la rodilla y baje mi mano hasta sus bragas para tirar de ellas suavemente y sacarlas por una de sus piernas que dejé elevada pegada a mi cuerpo. Ella la enroscó en mi cintura para dejarse penetrar suavemente y se arqueó para sujetarla por la espalda mientras me hundía en ella con una lenta cadencia que ella seguía al mismo ritmo, acompañando mis embestidas con sonoros jadeos. 

Kristen se entrega al máximo, deja que la posea por completo y yo me abandono a su deseo, al mío, que son lo mismo y nos volvemos locos de placer al hacer el amor. Siempre ocurre y siempre es perfecto. 

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Salimos del Avenue a las 3 de la madrugada y doy fe que los reservados insonorizados son estupendos en ese local. Y sus sofás muy cómodos. 

Decidimos quedarnos en N. Y. unos días. Kristen quería hacer compras navideñas y a ambos nos encanta esta ciudad. Fuimos a cenar y a tomar unas cervezas con Tom y Marcus y el 23 regresamos juntos a L. A. 

Nada más llegar tuve noticias de Nick. Bel Ami comenzaría a rodarse en febrero, en Londres. Eran buenas noticias, aunque ya sabía lo duro que sería estar lejos de Kristen pero también tenía claro que esa era nuestra vida y que era posible, que estaríamos bien a pesar de la distancia. 

Kristen también tenía buenas noticias. “The Runaways” y “Welcome to the Rileys” se iban a proyectar en el festival de Sundance en enero. Eso le puso de muy buen humor y yo lo agradecí porque cuando ella está de buen humor es la chica más maravillosa que jamás he conocido. 

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Diciembre comenzó tranquilo. Un par de salidas sin Kristen con Bobby y Marcus y el cumpleaños de Shannon Woodward, al que acudió Katy Perry, desató los rumores de que ya no estábamos juntos y otros de todo tipo. 

La gente no parece comprender que Kristen y yo no teníamos ni tenemos por qué estar juntos las 24 horas del día. Que somos independientes y nos damos nuestro espacio. Es más, soy de la idea de que cierta distancia hace que desee más estar con ella. 

Habíamos decidido pasar el día de navidad con nuestras familias y la noche vieja juntos. Así que el 17 de diciembre, tras acudir a la inauguración de la tienda de unos amigos comunes nos fuimos a cenar juntos por Venice y después a pasear por la playa. De noche es más fácil no ser reconocidos. De día ya era prácticamente imposible caminar tranquilo por la calle, sobre todo para mí. 

Nos sentamos en la playa a fumar un cigarrillo a medias y contemplar la noche angelina. 

- ¿Coméis pavo en Navidad? 

- Sí pero es algo diferente al vuestro. Ah, y tendrás que probar el pudding de Navidad de mi madre, no te va a quedar más remedio – reí. 

- ¿No está bueno? – preguntó Kristen pasándome el cigarrillo. 

- Es como una especie de pastel – dije torciendo el gesto -. Con un solo trozo estás lleno para toda la noche. A mí no me va mucho pero es una tradición familiar y mi madre lo prepara cada año. Luego está el otro, el “pudding de Yorkshire”, que según mi madre ya lo preparaba mi bisabuela en York. 

- En mi casa la única tradición verdadera es juntarnos en navidad. El resto del año vamos por libre, ya sabes. Pero adoro la navidad y todas las fiestas tradicionales. Me hubiese gustado que en mi casa fuesen más… 

- ¿Más anticuados? Pues a mí me hubiese gustado tener unos padres más liberales. Como los tuyos, que son medio hippies. 

- No, quería decir más tradicionales – dijo volviéndose a mirarme -. ¡Y tus padres no son anticuados, son adorables! 

- Gracias, cariño – dije besándola tiernamente en los labios. 

Kristen me miró con ternura y se apoyó en mí para que la abrazara. 

- ¿Al final haces escala en N. Y.? 

- Sí, no hay vuelos directos con buen horario desde aquí – dije dando una calada y pasándole el cigarro -. Insisto en ir a recogerte al aeropuerto. Ni mi padre ni yo pensamos permitir que intentes coger un taxi en Heathrow tu sola. 

- Eres todo un caballero y eso no es anticuado, es hermoso y dulce – susurró dándose la vuelta para besarme otra vez. 

Nos besamos con pasión durante un rato, sentados sobre la arena pero tuvimos que dejarlo porque se acercaba gente. La ayudé a levantarse, la acompañé en mi coche hasta la casa de sus padres para despedirme como un buen novio y me fui a dormir a mi hotel. Tenía que madrugar para mi vuelo de vuelta a casa.

...CONTINUARA...

NOTA ESPECIAL, EL SIGUIENTE FIC 63  SERÁ RECREADO POR LA MISMA IRINA A SU PETICIÓN, POR ESTA OCASIÓN.