FanFIC no.33 "Dificultades.Rob"

LOS FICS son publicados Lunes, Miércoles y Viernes en los siguientes horarios: México 12 pm, Argentina 2 am, España 7 am. Al Staff nos complace mucho que tengamos mas lectores asiduos de este gran relato escrito por nuestra talentosa Escritora Irina, de igual forma los invitamos a comentar y participar cuando lo deseen, ya que nos gusta platicar e interactuar con uds.

Aviso sobre los FICS, sobre todo dirigido a las chicas más jóvenes que nos leen. A partir del relato 23 aparecerá contenido sexual explícito, con palabras y situaciones(Lemons). Deseo recalcar que esta historia ficticia Robsten es tal cual como la Autora considera que sucedieron los hechos y las situaciones de acuerdo a información documentada. A LAS PERSONAS IMPRESIONABLES FÁCILMENTE Y DE MENTE NO ABIERTA DEJAMOS A VUESTRA CONCIENCIA LA DECISIÓN DE LEERLO O NO. 

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FanFIC NO.33

"DIFICULTADES.ROB"
por Irene Mendoza

DIFICULTADES


Rob


Pero no podíamos pasarnos toda la vida en la cama. Teníamos que trabajar y existía el resto del planeta. Y también los problemas porque Nikki había regresado y al parecer conspiraba a nuestras espaldas. Para cuando nos dimos cuenta había invitado a Mike Angarano para que la ayudara a mudarse a L.A., o eso le dijo a Kristen. El caso fue que una mañana nos encontramos a los dos en el set, aunque se veía claramente que Angarano no estaba por la labor de quedarse a charlar con nosotros.

Pero tuve que reconocer que el tipo se comportó, saludó serio y cortés y se fue. Nikki, acto seguido, me miró a los ojos y sonrió. <<La muy…>>, pensé <<lo sabe, sabe que Kristen y yo estamos juntos pero no le conviene decirlo>>. Aprovechando que Kristen estaba con Chris, hablando de las tomas de la mañana me dirigí a la caravana de Nikki muy decidido a desenmascararla. Toqué a la puerta y salió ella.

- Hola Rob – dijo sonriente.

- Nikki, tenemos que hablar.

- Ah, vale. Pasa – dijo con cara de no haber roto un plato.

- No, prefiero que hablemos fuera – sonreí.

No me la iba a dar esta vez. Ya la conocía.

- Tú dirás – dijo frunciendo el ceño.

- Aléjate de Kristen, déjala en paz.

- ¿Por qué? Es mi amiga.

- Pues no lo parece. Los amigos no hacen lo que tú haces.

- ¿Lo dices porque he llamado a Mike? – sonrió -. Solo ha venido a ayudarme, él sí es buena persona.

- Ya, eso parece. ¿También le utilizas?

- Vete a la mierda Pattinson. Primero te aprovechas de mí y ahora de ella.

- No inventes Nikki. Déjanos en paz – le dije alejándome.

- ¿Estás con Kristen? – preguntó

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- No es asunto tuyo. 

- Bueno, es igual. No podéis esconderos eternamente. Pienso seguir siendo amiga suya, te guste o no.

Y se metió en la caravana dando un portazo.

Esa misma noche volví a comprobar de lo que Nikki era capaz. Kristen llegó muy tarde y nerviosa a mi hotel.

- Me han seguido por toda la ciudad – dijo furiosa -. No podía despistarlos.

- ¿A quiénes?

- ¡A los jodidos paparazzis! Al salir del set me han seguido y… tú has estado aquí toda la tarde – parecía a punto de llorar.

- Eh, ¿qué pasa cariño? Tranquila – dije abrazándola.

- Saldrán fotos y no quiero que te enfades conmigo.

- Cuéntame. Estaba con Mike, despidiéndome de él. Se va esta misma noche con Nikki – suspiró -. Quise devolverle unas cosas que son suyas. Hemos quedado como… bueno, no como amigos pero bien. Lo prefiero así. Estábamos bromeando y nos fotografiaron.

- No sé de donde salieron, había más gente, estaba Nikki y Taylor y… Pero será como siempre, solo sacan lo que les interesa. Decidí que si querían joderme yo sacaría partido al menos. Pistas falsas, así se ocuparán de Mike un poco más y nos dejarán en paz a nosotros. Aunque no creo que por mucho tiempo.

- ¿Pero qué es eso tan grave que ha pasado?

- Salté sobre Mike para quitarle mi sudadera. Estás serio. ¿Te has enfadado?

- No, no amor. Ven aquí – dije apretándola contra mi cuerpo -. Ha sido Nikki. He hablado con ella y lo sabe.

- ¿Por qué no me lo has dicho?

- No quería entristecerte o preocuparte.

- ¿Qué te ha dicho?

- Que quiere seguir siendo tu amiga – resoplé -. No me fio de ella, Kristen. Es ella la que llama a los paparazzis.

- Mike no ha sido, de eso estoy segura. El no haría eso. Me dijo que sería discreto y le creo.

- Es ella, le hemos dado demasiadas pistas sin querer. Pero no dejaré que te haga daño – dije besando su frente -. No te preocupes, estamos juntos. 

- No la odies Rob, yo no la odio. Me da pena.

- No lo hago, descuida.

Sonrió y la besé con pasión antes de comenzar a desnudarla lentamente. Al fin y al cabo esa noche se marchaba Nikki y no tendríamos que verla por un tiempo. Pero yo sabía que todo aquello ponía mal a Kristen.

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Las grabaciones continuaron y todo fue mucho más relajado con Kristen, ya libres de los ojos de Nikki. Todo el cast lo intuía ya, sobre todo después del concierto de mi amigo Sam Bradley. El hermano de Kristen, Taylor, había estado unos días de visita y nos despedimos de él acudiendo al concierto de mi amigo sin despertar sospechas, o eso creímos por que varias fans nos inmortalizaron a los dos con sonrisitas cómplices, juntitos y revueltos entre la gente, en el backstage. A Kristen le encantó la actuación de Sam y cuando interpretó “Let me sign” chilló como una posesa.

La intimidad la seguíamos consiguiendo en nuestras habitaciones. Ahora era yo el que solía ir a la de ella, aunque Kristen seguía prefiriendo la mía, decía. Yo sabía que había adquirido la costumbre de gastarme el gel de baño y robarme la almohada pero lo que me parecía más deliciosamente sexy de sus hábitos era su manía de robarme la ropa. Se ponía mis camisetas, mis gorros, mis gafas de sol, hasta mi albornoz. Según decía, le causaba un extraño placer poner sobre su cuerpo algo que yo hubiese usado ya y a mí me encantaba esa especie de fetichismo, así que lo adopté y aunque su ropa no me valía también le robaba sus gorras. 

 

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- Chris me ha dicho que en dos semanas nos vamos a Italia a Monte… Montepulciano, creo – dijo Kristen frotándome la espalda con una esponja.

Eché mi cabeza para atrás para verla y sonreí. Mi niña, con su pelo recogido en un moño, su piel desnuda mojada y fresca. Acercó su boca a la mía y la besé con lujuria aprovechando para girarme y agarrarla por la cintura y arrastrarla conmigo.

- Ven aquí – dije muerto de ganas.

- Pero, uhmmm… primero tendremos que celebrar… tú… cumpleaños. ¡Rob, déjame hablar!

- No, no quiero que hables, quiero que suspires, que jadees – susurré en su boca con voz ronca.

Y lo hizo entregándose, como siempre al igual que yo a ella.

...Continuará....