martes, 24 de abril de 2012

FanFIC no. 5, “Sobrevivir a Crepúsculo”

Hemos comenzaremos a poner FICS (relatos imaginarios) apartir del  momento en que Rob hizo la primera Audición para el papel de Edward Cullen en Crepúsculo. Una gran sorpresa del Blog  para Ustedes escrita por una de nuestras amigas.
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Agradecemos a IRINA por su hermoso trabajo,... en esta ocasión nos cuenta el mismo Rob como ha podido sobrevivir al termino de la filmación de Twilight sin ella, lo peor ya sabiendo que esta enamorado y celoso .. DISFRUTEN  el Fic esta muy Bueno.
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FAN FIC NO. 5            
SOBREVIVIR A CREPÚSCULO
por Irene Mendoza


SOBREVIVIR A CREPUSCULO
Rob
<<Plan A: leer, leer, leer y componer (aprovechando mi mal genio, mi frustración, mi melancolía). Ah, y algo muy importante para llevar a buen término el proceso: beber hasta caer en coma. Pero hay un pequeño problema. ¡Solo tengo un hígado!  Plan B: intentarlo con todo lo que se mueva y tenga ovarios>>.

Pero sobre todo en este último punto fallaba estrepitosamente porque esa era demasiado alta, esa era demasiado baja, esa demasiado habladora, esa demasiado callada, esa demasiado guapa, esa demasiado tetona, esa…esa no era Kristen.
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Nada más terminar de grabar Crepúsculo había comenzado la promoción. El 1 de junio nos tocó ir a los MTV. Nick me dio una gran alegría porque dijo que nos esperaban muchos más eventos donde podríamos estar juntos. Aunque como siempre no conté con el “pequeño” inconveniente de apellido italiano: el novio. Los periodistas de Hollywood hacen su trabajo y comenzaron las preguntas incómodas, sobre todo para Kristen. Yo me las tomaba a guasa y así ella no se sentía tan cohibida.

Luego vinieron varias sesiones fotográficas con ella y otros miembros del cast. Kristen se transformaba y sacaba su lado más sensual sin problemas a pesar de que no le gustaba demasiado que la sacasen fotos. No la culpo, es una cosa odiosa.

A finales del mes de julio llegó el Comic Con en San Diego, Kristen acudió sola ¡y aquello fue increíble! Tras las entrevistas se celebró una rueda de prensa multitudinaria y juro que en mi vida había visto a tanta chica gritando. Mis recién estrenadas fans no me dejaron ni responder a las preguntas. Estaba La mismísima Stephenie Meyer y después de aquel día comenzó a oírse lo que denominaron la “burbuja”, un término que yo había usado para definir el grado de confianza que Kristen y yo tuvimos grabando Crepúsculo. Era algo que nos ocurría sin querer, nos olvidábamos del resto de la gente que teníamos a nuestro alrededor y acabábamos hablando entre nosotros, gastándonos bromas y susurrándonos al oído. Yo estuve inspirado y la hice reír mucho. Y Kristen fue…, simplemente encantadora, tímida, sexy, tierna. Me enamoraba de ella cada vez más.

Pero la realidad se impuso y en agosto regresé a casa.
Era el verano de 2008 y en Inglaterra seguía siendo un completo desconocido. Y sí, tuve un par de asuntos que terminaron el mismo día que empezaron, sin pena ni gloria, no por ellas si no por mí. Tom decía que estaba demasiado pillado y que estaba hasta los huevos de mis amores platónicos.

-          Llevas así desde los 12 años, tío – gruñó Tom.
-          No, esto es diferente. No me la quito de la cabeza.
-          ¡Bah, es diferente porque no te hace caso! En el fondo te gusta eso, eres masoquista.

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<<Sí, y ella debe ser una sádica que se divierte viendo mi cara de idiota enamorado babeando por ella >>.

Me fui de vacaciones con mis colegas. Playa, sol, bikinis y muchas borracheras en España pero Kristen seguía en mi cabeza. Habíamos quedado en llamarnos. Ella no lo hizo, ni yo tampoco.

Llevaba más de un mes sin verla y me moría de impaciencia. Estuve contando los días para que llegara septiembre y retomar por fin la promoción en los MTV Video Music Awards. Ahí estaba de nuevo Angarano. <<Siguen juntos, joder>>. Había mantenido la esperanza hasta el último momento, <<quizás lo hayan dejado durante el verano. Puede que…>>.  Porque si  hubiese sido él no me hubiese quedado tan feliz después de ver la retrasmisión del Comic Con. Yo mismo me quedé impactado al comprobar cómo nos mirábamos. Para mí al menos, estaba claro que Kristen flirteó conmigo y yo, bueno hasta respiraba hondo cuando se me acercaba. <<Penoso, Tom tiene razón>>.

A finales de mes otro fotoshoot nos reunió en un rancho a las afueras de LA. Estaba tan desquiciado por verla que me dejé depilar las cejas una vez más. <<Esta es la última, lo juro>> le dije después a Nick, <<¡parezco un travesti, joder!>>.

Todos juntos de nuevo. Jackson, Cam, Rachelle, Nikki, Ashley, Elisabeth… hasta estaba el bueno de Taylor, el peque del grupo para todos. ¿Pero dónde estaba Kristen? Llegó sin hacer ruido, muy propio de ella y se fue con Nikki a tomarse un café, sin saludarme. <<Oh, oh, mala señal. No quiere saber nada de mí>>. Del cielo al infierno en un par de segundos. La angustia se apoderó de mí pero la esperanza es lo último que se pierde así que me dirigí a la carpa donde se había habilitado un buffet, ya que iba a ser una sesión muy larga  que nos ocuparía casi todo el día. Yo soy de todo menos cobarde. No me vio, llegué por detrás y la agarré de los hombros. No fue mi intención pero llevaba puesta una camiseta blanca de tirantes que dejaba adivinar un sujetador negro debajo. No pude resistirme y se los acaricié un poco. Dio un brinco al notar mi tacto y se volvió para regalarme una gran sonrisa.
-          Hola Rob. No te he visto al llegar.

-          Hola preciosa. ¿Qué tal?
<<No me ha visto. Era por eso>>. Estaba tan feliz de tenerla a mi lado que la abracé sin querer, bueno queriendo, pero ella se soltó enseguida. Le había dado el sol y tenía la cara llena de pecas. ¡Estaba tan guapa! Nos pusimos a hablar del verano, lo típico y pronto se la llevaron para maquillarla y peinarla. En menos de una hora apareció y casi se me paró el corazón al verla. Con un vestidito negro corto, con sus preciosos hombros al descubierto y el cabello suelto y alborotado. Caminando hacia mí, sexy, perfecta. Creo que estuve un buen rato con la boca abierta contemplándola mientras llegaba mirando al suelo, con su timidez habitual.

-          ¡Guau! ¿Quién es esta monada? ¿Dónde está Kristen? – bromeé.
Ella me dio un puñetazo en las costillas.
-          ¿Esto responde a tu pregunta?
Reí sin dejar de admirarla de pies a cabeza y me lancé, no aguantaba más.
-          Estás… preciosa. Lo digo en serio – balbuceé.
-          Gracias, tu tampoco estás mal – sonrió tímida.
-          Sí, soy muy atractivo, ja, ja – bromeé.
-          ¡No te burles de mis chorradas, Rob!
-          ¡Tú lo dijiste! – reí.
La sesión fotográfica fue una delicia. Ella sobre mi espalda, tocando mi pelo, yo aupándola y abrazándola. ¡Qué bien olía! Sus preciosas piernas rodearon mi cintura mientras la sujetaba. La miré a los ojos y me perdí en ellos sin remedio.

En un momento de la sesión tuve que sujetarla sobre mis piernas, tomándola de los brazos, su cabeza sobre mi pecho. Sus pequeñas manos acariciaron mis brazos lentamente, erizando el vello de todo mi cuerpo. Tuve que mantener todo mi autocontrol pero finalmente me rendí acariciándole la palma de las manos con ternura. Lo mejor de todo fue que ella me siguió el juego e hizo lo mismo.

Nosotros dos solos, de la mano. Kristen reía, jugábamos, nos tocábamos todo el tiempo. La fotógrafa nos gritaba: ¡más pasión, más sensual! La excusa perfecta. Cuando la estaba cargando en mis brazos me atreví a besarla en el cuello, apretando mis labios contra su yugular palpitante. ¿Tenía el pulso acelerado? <<¡Así, muy bien, sexys chicos!>>, dijo la fotógrafa mientras disparaba cientos de fotos. Mantuve mis labios sobre su cálida piel aspirando su delicioso aroma. Fue ella quien se separó de mí. Nos miramos a los ojos, los suyos entornados, brillantes de ¿deseo?.

-          No hagas eso – susurró.
-          ¿Por qué? – dije sin poder dejar de mirarla.
-          Porque me gusta – susurró en mi oído haciéndome estremecer.

La sesión continuó con el resto del cast pero yo ya no estaba en mis cabales. No volvimos a tocarnos. Justo al terminar la sesión fotográfica me separé de ella para ir al baño y al regresar había desaparecido sin dejar rastro. Me acerqué a Nikki extrañado.

-          ¿Kristen?
-          Se ha marchado ya. Creo que había quedado con Mike.
-          Ah, bien. <<Mierda>>. No he podido despedirme de ella. Quería… quería decirle algo.
Nikki se acercó a mí sonriendo.
-          ¿Bueno, no te sirvo yo?
-          Sí, claro – dije muerto de celos, sin mirarla a la cara.
-          Jackson, Cam, Rachelle y algunos más hemos quedado para tomar algo en la ciudad. ¿Quieres venir?
<<Kristen, Kristen, me estás volviendo loco. ¡Joder, que agonía! Me pones, te gusta y luego te largas para ir a tirarte a tu novio>>.
-          ¿Qué?  No te escuchaba, perdona.
-          Que si quieres venir a tomarte algo conmigo.
-          ¿Por qué no?
Tenía que dejar de pensar en ella aunque solo fuese por unas horas.
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Me quedé en L.A. el resto del mes por si Kristen daba señales de vida. Pero no lo hizo. La que si me llamó fue Nikki pero me inventé mil excusas para no tener que quedar con ella. Pasó septiembre y llegó octubre y con él una gran noticia. Crepúsculo se iba a presentar fuera de concurso nada menos que en un festival, el de Roma. Nick me dijo que íbamos Catherine, Kristen y yo. ¡Roma y Kristen! Tenía que montármelo bien pero no sabía cómo lo iba a hacer. Incluso pensé en pedirle consejo a Tom pero deseché la idea. Ya iba por su tercera “novia” ese año.

Dos días antes del viaje me llamó Catherine. Estaba eufórica.
-          ¿No estás emocionado, Rob? ¡Italia, guau! Nunca he presentado ninguna película mía en Europa. Bueno “Thirteen” la presenté en Londres pero ¡Roma! Es genial ¿verdad?

-          Sí, es increíble. <<Emocionado, estoy en éxtasis>>.
-          Hablé con Kristen  ayer. Tiene un rodaje un poco difícil y está cansada pero le encantó la idea.

Comenzó a írseme la cabeza. Ella y yo cenando en algún restaurante en la antigua Roma, paseando de noche por sus calles, junto a la Fontana di Trevi, como en “La Dolce Vita”… De pronto un nombre que pronunció Catherine me devolvió a la tierra de un batacazo. ¿Había dicho Mike? <<No puede ser, no he oído bien. Mi mente me juega malas pasadas>>

-          ¿Qué decías Catherine? – pregunté horrorizado.
-          Que Kristen irá con Mike. El tenía muchas ganas de ver Roma porque su bisabuelo era italiano y …

Dejé de escuchar y me despedí de Catherine sin ningún entusiasmo. <<¡Maldito Angarano. Mierda, mierda!>> Me di de cabezazos contra la pared sin podérmelo creer. <<¿Cómo puedo tener tan mala suerte? ¡Joder, no puede ser!>> Pero tenía que ver el lado bueno de todo aquello. Nick me informó de que habría entrevistas, varias, alfombra roja, sesión de fotos, firma de libros y eso significaba estar con Kristen mucho tiempo. Algo se me ocurriría.

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Aeropuerto de LAX, escala en Londres de dos horas y luego a Roma. Estaba de los nervios perdido. El viaje era de más de 12 horas y se me estaba haciendo interminable. Tan cerca de casa y no tenía tiempo de salir del aeropuerto. Solía dormir o leer un libro entero en aquellos viajes transoceánicos pero estaba demasiado ansioso por llegar y verla. Casualidad, la noche anterior había tenido un sueño verdaderamente húmedo con Kristen como protagonista y eso no ayudaba.

Las dos horas que tuve que pasar en Heathrow fueron mortales. Creo que me comí todas las existencias de M&Ms del aeropuerto, llamé a mis padres, a mis hermanas y a Tom.

-          ¿Dónde andas, tío? – preguntó.
-          Estoy aquí al lado, en Heathrow. Una escala a Roma. ¡Voy al festival, tío!
-          ¿Vas con Kristen?
-          Sí pero se lleva al enano con ella.
-          Bah, ese tiene los días contados te lo digo yo.
-          Gracias Tom, dios te oiga – dije aliviado -. Ya te contaré.
La tensión había remitido después de desahogarme con Tom y Lizzy. Ella también conocía todo lo que me estaba pasando. Gracias a sus ánimos y el cansancio fui dormido el resto del viaje.
Nada más pisar Roma me llamó Catherine.

-          ¿Ya estás en Roma, Rob?
-          Sí, sí, acabo de llegar y voy para el hotel con Nick.
-          ¡Estamos en el mismo! – chilló.
-          ¿Kristen también? <<Gracias, dios mío>>.

-          Sí, es un hotel precioso, en el centro de Roma. Estoy tan emocionada… que tenía que llamaros. Bueno, nos vemos Rob.

Yo también estaba emocionado, en el séptimo cielo. Corrí al hotel y al llegar encargué un gran ramo de flores para la habitación de Kristen, inmenso. Después me dispuse a relajarme dándome un baño, escuchando un poco de música, fantaseando mil maneras de encontrarme a solas con ella.

Me arreglé a conciencia. Barba recortadita, de un par de días, nada de la pinta de adolescente del principio ni la de vagabundo que tenía últimamente en LA. Quería que Kristen me viese como un hombre maduro y sexy. <<Camisa oscura, un poco abierta pero no demasiado, no vaya a parecer un gigoló. Enseñando el pelo del pecho, que eso les gusta a las tías, como hace Tom>>. Con chaqueta, por supuesto, y mi sonrisa más sexy, la que Kristen me dijo que tenía que patentar. Bajé a recepción para interesarme por la habitación de Kristen, saber si ya se habían entregado las flores y si había llegado.

Volvía a subir todo ufano. La tenía a cuatro habitaciones de la mía. Y si me encontraba de bruces con el Angarano me daba igual, le invitaría a cenar a él también para que Kristen pudiese comparar en vivo y en directo. Toqué a la puerta  eufórico, histérico, pero nadie me abrió. Llamé a Catherine desesperado, intentando disimular, preguntando por el plan para el día siguiente y por supuesto por Kristen. Me dijo que se había ido al poco de llegar, a cenar con Mike por Roma.

Se me puso un nudo en la garganta. <<¡Jodido iluso! Sabía que estabas en el mismo hotel y ni siquiera te ha llamado. Pasa de ti. ¡Acéptalo de una puñetera vez!>>.

Regresé a la soledad de mi habitación y para no ponerme a llorar como un crío asalté el minibar.

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